lunes, 12 de agosto de 2013



Mundo citas, proverbios,
frases celebres de amistad



Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas. (Antonio Machado)


La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundos...   (Paulo Coelho)

Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer... (Paulo Coelho)

Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos...   (Paulo Coelho)

Un amigo es la persona que nos muestra el rumbo y recorre con nosotros una parte del camino....   (Francesco Alberoni)

Cada amigo representa un mundo dentro de nosotros, un mundo que tal vez no habría nacido si no lo hubíeramos conocido...  (Anais Nin)

La amistad acaba a menudo en amor, pero el amor no termina nunca en amistad.
Charles Caleb Colton 

El Florero de Porcelana


El Gran Maestro y el Guardián se dividían la administración de un monasterio Zen. Cierto día, el Guardián murió y fue preciso substituirlo. El Gran Maestro reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado. 

- Voy a presentarles un problema -dijo el Gran Maestro- y aquél que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del Templo. 

Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala. Encima estaba un florero de porcelana seguramente carísimo, con una rosa roja que lo decoraba. 

- Éste es el problema -dice el Gran Maestro -resuélvanlo-. 

Los discípulos contemplaron perplejos el «problema», por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello?, ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma? 

Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el «problema», hasta que uno de los discípulos se levantó, miró al maestro y a los alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo. 

- Al fin alguien que lo hizo !!! - exclamó el Gran Maestro- Empezaba a dudar de la formación que les hemos dado en todos estos años !!, Usted es el nuevo guardián. 
Al volver a su lugar el alumno, el Gran Maestro explicó: 

- Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un «problema». No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado. 

Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae confort... 

«Solo existe una manera de lidiar con un problema»: atacándolo de frente. En esas horas, no se puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo. 
Recuerda que un problema, es un problema. No tiene caso tratar de «acomodarlo» y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que «UN PROBLEMA». 

Déjalo, hazlo a un lado y continúa disfrutando de lo hermoso y lo que vale la pena en la vida. No huyas de él... acaba con él. 

De: Paulo Coelho (Cuentos del Alquimista)





El pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo... (prov. árabe)

La primera vez que me engañas la culpa es tuya, pero la segunda vez la culpa es mía... (prov.árabe)

Cuando el hombre ha agotado las meCuando el hombre ha agotado las mentiras, encuentra la verdad en el nuevo sacotiras, encuentra la verdad en el nuevo saco... (prov. chino)


Una casa sin amor es como una chimenea sin fuego, una casa sin la voz de un niño es como un jardín sin flores, la boca de la mujer amada sin la sonrisa es como una lámpara sin luz... (prov. chino)


La confianza en la vida se encuentra cuando el espíritu se siente profundamente tranquilo...  (prov. chino)

A menudo el deseo de lo que no tienes no te permite disfrutar de lo que posees...  (prov. chino)

El caracol, camina despacio y escala la montaña... (prov. chino)




viernes, 9 de agosto de 2013

IMAGENES DE VELAS, EN GIFS

       





                                



         


             

          

   

      

     
     


 

   



Leyendas Argentinas:

LEYENDA DEL CEIBO



Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad. 
Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.
El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien  al rato,  fue alcanzada por los conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo  la muerte en la hoguera.
La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.
Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.






LA LEYENDA DEL GIRASOL



El girasol es una planta muy particular. Tiene flores grandes y doradas que giran buscando quedar frente al sol. Cuenta una leyenda guaraní que la vida de esta planta comenzó en un lugar a orillas del río Paraná, donde vivían dos tribus vecinas. Los caciques de ambas tribus, Pirayú y Mandió, eran muy buenos amigos y sus pueblos intercambiaban pacíficamente artesanías y alimentos.
Un día, a Mandió se le ocurrió unir a las dos tribus.
Para ello pidió en matrimonio a la hija de Pirayú. Pero éste le dijo que eso era algo imposible. Y le contó enseguida que su hija no se casaría con ningún hombre porque había ofrecido su vida al “dios Sol”. como Mandió se enojó mucho, Pirayú trató de explicarle de la mejor manera posible que Carandaí, su hija, desde muy pequeña se pasaba las horas al Sol y vivía únicamente para él, y que por eso los días nublados la ponían triste.
-¡ Esto es peor que un desprecio! -gritó Mandió. Y sin dar tiempo a que Pirayú tratara de calmarlo, alejó prometiendo venganza.
Pirayú se quedó muy triste y preocupado, porque pensaba que su amigo castigaría a su pueblo. Y por desgracia, al cabo de varios días sucedió lo tan temido. Carandaí se desplazaba por el río, contemplando la caída del sol, cundo de pronto vio resplandores de fuego sobre su aldea. Llena de angustia remó con todas sus fuerzas hacia la orilla, pero al saltar a tierra, una trampa hecha con gruesas barras de madera cayó sobre ella y la inmovilizó.
- Ahora tendrás que pedirle a tu dios que te libere de mi venganza – dijo Mandió, riendo con expresión cruel.
¡ Oh, Cuarahjí, mi querido sol - susurró Carandaí -. ¡ No permitas que Mandió acabe conmigo y  con mi pueblo! ¡ No lo permitas!
Casi no había terminado de hablar, cuando Cuarahjí envió a la joven un remolino de potentes rayos, que la envolvieron haciéndola desaparecer de la vista de Mandió.
Y en el lugar donde había estado Carandaí brotó una planta esbelta, con una flor dorada que, siguió siempre, con su cara al cielo, los derroteros del  sol.