A veces me encuentro contigo
cuando no te espero,
tras la sorpresa me toca pensarte.
Érase una vez este maldito cuento.
Aún sigo creyendo en el polvo de las mariposas
no quiero unas alas que vengan ya rotas,
el mar siempre supo guardarme el secreto.
Él me pide su trozo de arena y después lo pervierte
vaciando montañas para cuando llegue
aquella que le hace bajar la marea.
Te sentí tan dentro que a veces
presiento que estás a mi lado.
Me gusta contarte lo que me ha pasado
hasta que descubro que he hablado sola.
Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
me hizo llorar al besarme muy lento,
no habrá una ciudad donde no me emocione.
No pude dejarte la puerta entreabierta esa tarde
hacerte pasar para nunca agarrarte
ya sabes que a ratos resulto una idiota.
Yo no pude meterte en la caja de historias pendientes,
hablarte bonito mientras te me duermes,
quedarme tu tiempo a cambio de nada.
Te sentí tan dentro que a veces
presiento que estás a mi lado.
Me gusta contarte lo que me ha pasado
hasta que descubro que he hablado sola.
Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
me hizo llorar al besarme muy lento,
no habrá una ciudad donde no me emocione.
Ay, nananana...
Te sentí tan dentro...
A veces me encuentro contigo cuando no te espero,
tras la sorpresa me toca pensarte.
Érase una vez este maldito cuento.
cuando no te espero,
tras la sorpresa me toca pensarte.
Érase una vez este maldito cuento.
Aún sigo creyendo en el polvo de las mariposas
no quiero unas alas que vengan ya rotas,
el mar siempre supo guardarme el secreto.
Él me pide su trozo de arena y después lo pervierte
vaciando montañas para cuando llegue
aquella que le hace bajar la marea.
Te sentí tan dentro que a veces
presiento que estás a mi lado.
Me gusta contarte lo que me ha pasado
hasta que descubro que he hablado sola.
Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
me hizo llorar al besarme muy lento,
no habrá una ciudad donde no me emocione.
No pude dejarte la puerta entreabierta esa tarde
hacerte pasar para nunca agarrarte
ya sabes que a ratos resulto una idiota.
Yo no pude meterte en la caja de historias pendientes,
hablarte bonito mientras te me duermes,
quedarme tu tiempo a cambio de nada.
Te sentí tan dentro que a veces
presiento que estás a mi lado.
Me gusta contarte lo que me ha pasado
hasta que descubro que he hablado sola.
Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
me hizo llorar al besarme muy lento,
no habrá una ciudad donde no me emocione.
Ay, nananana...
Te sentí tan dentro...
A veces me encuentro contigo cuando no te espero,
tras la sorpresa me toca pensarte.
Érase una vez este maldito cuento.
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