domingo, 30 de septiembre de 2018

Soltar







Ya no puedo continuar callando
lo que habita en mi corazón
me es imposible seguirlo ocultando
y es superior a mis fuerzas y razón

Este sentimiento que mi alma abrasa
y que en el silencio ha crecido
impetuoso mi voluntad dobla y rebasa
por motivo para mi desconocido

Quiero decirte que estoy enamorado
y aunque sé que es un imposible
vibro al pensar que estas a mi lado
en esta locura tan incomprensible

Día a día te me fuiste metiendo
impregnándome con tu esencia
y poco a poco te he ido queriendo
soñando noche a noche tú presencia

Tu imagen vive en mi memoria
y lloro al sufrir por la impotencia
de vivir tan lejano a tu historia
con este amor que raya en la demencia

Te amo con total desesperación
sueño con tus brazos y tus besos
y tener con tu amor la absolución
a mis delirios y deseos inconfesos

Como quisiera escuchar tu voz
musitando pasiones desmedidas
rompiendo este silencio atroz
que hay en la distancia de nuestras vidas

Pero solo escucho a mi corazón latir
que al pronunciar tu nombre se desboca
mientras mis ojos acarician tu existir
con las ansias de besar tu boca

Tan solo eres una loca fantasía
un sueño en mis noches de soledad
un nombre en una pequeña fotografía
que nunca me amará en la realidad

Yo te seguiré amando toda mi vida
con la distancia como cruel rival
con esta pasión en mi prendida
y por siempre serás mi amor virtual

Amándote en una fotografía,
y amándote con mi poesía

Autor
Mortaliss

lunes, 30 de abril de 2018

"Como Dos Extraños" Tango de José María Contursí / Pedro Laurenz


"Como Dos Extraños"

Me acobardo, la soledad.
Y el miedo enorme de morir lejos de tí
Que ganas tuve de llorar sintiendo junto a mi
La burla de la realidad.
Y el corazón me suplicó que te buscara y que le diera tu querer
Me lo pedía el corazón y entonces te busqué
Creyendo que mi salvación
Y ahora que estoy frente a tí
Creyendo que mi salvación

"Lección que por fín aprendí
Como cambian las cosas los años
Angustía de saber muerta ya
La ilusión y la fe
Perdón si me ves lagrimear
Los recuerdos me han hecho mal"


Palideció la luz del sol
Al escucharte friamente conversar
Fue tan distinto nuestro amor
Y duele comprobar que todo, que todo terminó

Que gran error volverte a ver
Para llevarme destrozado el corazón
Son mil fantasmas al volver burlandose de mí
Las horas de ese muerto ayer

Y ahora que estoy frente a tí
Parecemos, ya ves, dos extraños
Lección que por fín aprendí
Como cambian las cosas los años
Angustía de saber muerta ya
La ilusión y la fe
Perdón si me ves lagrimear
Los recuerdos me han hecho mal...














miércoles, 3 de enero de 2018

"LA LUNA Y EL SOL" LEYENDA


Como la LUNA y el SOL: Eclipse de Amor


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Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor.
Sucede que el mundo aun no existía y el día  que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque  final... ¡El brillo!

Quedó decidido también que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados.

Les invadió una gran tristeza  y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían, LA Luna  fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios,  fue tornándose Solitaria.

EL Sol a su vez, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz.

Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: - No debéis  estar tristes, ambos ahora  poseéis un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionaras calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices.

La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente... y el Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejar abatirse más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido.

Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él: - Señor, ayuda a la Luna por favor,  es más frágil que yo, no soportará la soledad...

Y Dios...en su inmensa bondad... creo entonces las estrellas para hacer compañía a la Luna.

La Luna siempre que está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.

Hoy, ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz, y la Luna no consigue disimular su tristeza.

El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza. Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió.... porque es mujer, y una mujer tiene fases.

Cuando es feliz, consigue ser Llena, pero cuando es infeliz es menguante y cuando es menguante ni siquiera es posible apreciar su brillo.

Luna y Sol siguen su destino. El, solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil.

Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás consiguió traerla hasta la tierra, nadie, realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el del  Sol... Fue entonces que Él creó el eclipse.

Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante,  esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta, sucedan.

Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el Sol cubre la Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse.

Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.

Tu ya sabías que en la tierra existían Sol y Luna... y también que existe el eclipse.... pero esta es la parte de la historia que tu no conocías.


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VERCIÓN LIBRE




jueves, 5 de octubre de 2017

"Te Espero" (Mario Benedetti )







Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo....

                Mario Benedetti





domingo, 1 de octubre de 2017

"Blanca Flor" (Cuentos de fantasía, cuentos para reflexionar)







Blanca Flor




Rolando era un simpático príncipe, quien, por urgentes razones de Estado, debía contraer enlace.

El joven no sabía a quién elegir para esposa hasta que un día, en que contemplaba las rosas de su jardín, le vino la idea de que debía casarse con una dama que se llamase Blanca Flor. Hizo conocer esta decisión a su madre, la reina, y ésta exclamó:

— ¡No conozco mujer alguna que se llame así! 

¡Tendrías que recorrer el mundo entero para encontrarla! Tú sabes, además que hay un plazo para solucionar este problema de Estado.

El príncipe salió a recorrer muchos países y, cuando hubo perdido la esperanza de hallar a la mujer que anhelaba, se encontró con un pescador, quien al saber el motivo del viaje del joven, le dijo:

— Señor, yo os llevaré a la choza de unos pobres leñadores que tienen dos muchachas. Una de ellas, es hija del matrimonio; la otra, es una huerfanita que se han criado. 
Esta es muy bonita y muy buena y, por eso, la pareja le puso el nombre de Blanca Flor.

Al oír esto, el príncipe dio un saltó de alegría y pidió al buen pescador que lo condujera a la choza. Una vez en ella, les dijo a los leñadores.

— ¿Es verdad que tenéis una huerfanita que se llama Blanca Flor? Soy el príncipe Rolando y deseo casarme con ella. Venid todos conmigo al palacio, para que mi madre vea a Blanca Flor, precisamente cuando ya se vence el plazo que me ha dado la corte.
Los leñadores, junto con las dos jóvenes y el príncipe, tomaron un barco rumbo al país del apuesto pretendiente. Pero, durante el viaje, la leñadora, vencida por la ambición, determinó suplantar a Blanca Flor con su propia hija. Aprovechando que aquélla dormía, la ató con una cadena y la arrojó al mar...

Por suerte, una ballena se tragó a Blanca Flor y, sin hacerle el menor daño, la condujo a tierra. Cuando fue varada en la playa, un criado del príncipe guiado por el perro engreído de palacio, la encontró, le desató las amarras y la instaló en una cueva, a donde le llevaba alimentos.

Mientras tanto, cuando llegaron los viajeros a tierra, Rolando pudo notar que Blanca Flor no era la bellísima joven que había conocido en la choza del bosque. Se lo dijo así a su madre, pero ésta alegó:

— Es que el aire salino del mar le ha estropeado un poco su cutis…

Cuando llegaron a palacio, el perro del príncipe comenzó a lanzar elocuentes ladridos y hacía continuos intentos de dirigirse hacia la playa, volviendo nuevamente a los pies de su amo, como si quisiera enseñarle algo.

— ¿Qué me quiere indicar mi perro? —preguntó el príncipe a su criado.

— Quiere decirle señor, que en una cueva de la playa hay una bellísima joven refugiada —explicó el criado.

Entonces fueron a la playa siguiéndole al perro y grande fue la sorpresa, y mayor aún la alegría del príncipe, cuando encontraron en la cueva a la legítima Blanca Flor. La estrechó con efusión y, conduciéndola al palacio, la presentó a su madre, la reina, que quedó sumamente encantada con la belleza y el dulce candor de la joven.

Los jóvenes se casaron con la venia y contento de la reina, salvando así el grave problema de Estado. Fueron muy felices y perdonaron, a pedido de la buena Blanca Flor, la mala acción de la ambiciosa leñadora, quien, en adelante fue un dechado de modestia y de bondad...